En el corazón del barrio latino de Belmont Cragin, la campaña de deportaciones liderada por el expresidente estadounidense Donald Trump ha dejado a los restaurantes en una situación crítica. Los negocios que antes bulleaban con vida en las noches y fines de semana, ahora se encuentran vacíos y oscuros, afectados por la temor a ser "vistos" por las autoridades de inmigración.
El restaurante Pozolería El Mexicano, propiedad de Ricardo Rodríguez y su familia, es uno de los más afectados. Durante la pandemia de COVID-19, abrieron sus puertas como un refugio para la comunidad latina que buscaba conectar con su cultura y tradiciones.
"Cuando llegó ICE, todo se puso más lento", dijo Rodríguez. "La gente tiene miedo de salir de casa". La presencia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha llevado a los clientes locales a quedarse en casa, lo que ha afectado significativamente las ventas de los restaurantes.
Sin embargo, hay un movimiento en marcha para ayudar a combatir la desaceleración. Algunos vecinos están organizando eventos de voluntarios y otros eventos para intentar que los comensales regresen. El grupo comunitario Belmont Cragin United, liderado por Alfonso Zaragoza, ha estado trabajando en estrecha colaboración con los restaurantes para promover la comunidad latina.
"Muchos se quedaron a comer", dijo Rodríguez. "En ese momento, estaba muy bien". El primer evento de Whistlemania, organizado por BC United, atrajo a 400 participantes en Pozolería El Mexicano. Los voluntarios armaron equipos con silbatos, instrucciones sobre cómo usarlos y tarjetas de sus derechos para utilizar si alguien que conocen es detenido.
"Al oeste de Pulaski, todos los restaurantes están mayormente vacíos y oscuros", dijo Zaragoza. "Una vez que pasas Pulaski, comienzas a ver todos estos negocios llenos. Y yo pensando si solo una parte de esos clientes vinieran un par de calles al oeste, haría una gran diferencia".
El recorrido Taste of Belmont Cragin, que también incluyó El Guerrerense Restaurant y Taquería La Paz, ayudó a promover la comunidad latina en el vecindario. Los restaurantes destacados se esfuerzan por mantener viva la cultura y tradiciones de sus respectivas herencias.
"Es demasiado", puntualizó Rodríguez sobre la situación actual. Sin embargo, con el apoyo de los vecinos y la comunidad, el restaurante Pozolería El Mexicano parece estar empezando a ver una ligera mejora en las ventas.
La lucha por la supervivencia de los restaurantes en Belmont Cragin sigue siendo un desafío. Pero con la solidaridad de la comunidad y el apoyo de organizaciones como BC United, hay esperanza de que los negocios puedan recuperarse y seguir siendo un refugio para las personas que buscan conectar con su cultura y tradiciones.
El restaurante Pozolería El Mexicano, propiedad de Ricardo Rodríguez y su familia, es uno de los más afectados. Durante la pandemia de COVID-19, abrieron sus puertas como un refugio para la comunidad latina que buscaba conectar con su cultura y tradiciones.
"Cuando llegó ICE, todo se puso más lento", dijo Rodríguez. "La gente tiene miedo de salir de casa". La presencia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha llevado a los clientes locales a quedarse en casa, lo que ha afectado significativamente las ventas de los restaurantes.
Sin embargo, hay un movimiento en marcha para ayudar a combatir la desaceleración. Algunos vecinos están organizando eventos de voluntarios y otros eventos para intentar que los comensales regresen. El grupo comunitario Belmont Cragin United, liderado por Alfonso Zaragoza, ha estado trabajando en estrecha colaboración con los restaurantes para promover la comunidad latina.
"Muchos se quedaron a comer", dijo Rodríguez. "En ese momento, estaba muy bien". El primer evento de Whistlemania, organizado por BC United, atrajo a 400 participantes en Pozolería El Mexicano. Los voluntarios armaron equipos con silbatos, instrucciones sobre cómo usarlos y tarjetas de sus derechos para utilizar si alguien que conocen es detenido.
"Al oeste de Pulaski, todos los restaurantes están mayormente vacíos y oscuros", dijo Zaragoza. "Una vez que pasas Pulaski, comienzas a ver todos estos negocios llenos. Y yo pensando si solo una parte de esos clientes vinieran un par de calles al oeste, haría una gran diferencia".
El recorrido Taste of Belmont Cragin, que también incluyó El Guerrerense Restaurant y Taquería La Paz, ayudó a promover la comunidad latina en el vecindario. Los restaurantes destacados se esfuerzan por mantener viva la cultura y tradiciones de sus respectivas herencias.
"Es demasiado", puntualizó Rodríguez sobre la situación actual. Sin embargo, con el apoyo de los vecinos y la comunidad, el restaurante Pozolería El Mexicano parece estar empezando a ver una ligera mejora en las ventas.
La lucha por la supervivencia de los restaurantes en Belmont Cragin sigue siendo un desafío. Pero con la solidaridad de la comunidad y el apoyo de organizaciones como BC United, hay esperanza de que los negocios puedan recuperarse y seguir siendo un refugio para las personas que buscan conectar con su cultura y tradiciones.