"Trauma en las comunidades latinas: El impacto de la aplicación de la ley de inmigración en los niños"
La aplicación creciente de la ley de inmigración en Estados Unidos está teniendo un efecto devastador en las comunidades latinas, particularmente en los niños. Los padres y cuidadores están viviendo con miedo constante de que sus hijos sean detenidos o deportados, lo que les impide llevarlos a lugares considerados seguros como escuelas, parques y bibliotecas.
"Como pediatras, creemos firmemente que todos los niños merecen sentirse amados, seguros y apoyados", dice Susan Kressly, presidenta de la Academia Americana de Pediatría. "Pero debido al miedo y la inseguridad que se están generando en nuestras comunidades, nuestros pacientes están sufriendo".
El trastorno causado por la aplicación de la ley de inmigración es traumático para los niños, quienes se ven obligados a vivir con el miedo constante de que sus padres sean detenidos o deportados. Esto no solo afecta a las familias directamente atacadas, sino también a aquellos cuyas familias no lo están, ya que la presencia de agentes federales en las calles puede ser intimidante y traumática.
Las escuelas también están siendo afectadas por la aplicación de la ley de inmigración. Algunas escuelas han sido cerradas debido a la presencia de autoridades de inmigración justo afuera de sus terrenos, lo que es traumático para los niños que asisten a esas instituciones.
"Los niños están pagando el precio por las acciones políticas", dice Michelle Barnes, presidenta del Capítulo de Illinois de la Academia Americana de Pediatría. "Nuestros colegas informan que ven a niños en la sala de emergencias porque su condición se ha vuelto tan grave tras posponer la atención médica de rutina".
La situación es especialmente preocupante para los niños cuyas familias no son directamente atacadas, pero que siguen viviendo con el miedo constante de que uno de sus familiares sea detenido o deportado. Esto puede causar efectos negativos a largo plazo en la salud y el bienestar de estos niños.
"Debemos poner a los niños en primer lugar", dice Kressly. "Necesitamos una política de inmigración que reconozca su humanidad y su derecho a crecer seguros y saludables".
La aplicación creciente de la ley de inmigración en Estados Unidos está teniendo un efecto devastador en las comunidades latinas, particularmente en los niños. Los padres y cuidadores están viviendo con miedo constante de que sus hijos sean detenidos o deportados, lo que les impide llevarlos a lugares considerados seguros como escuelas, parques y bibliotecas.
"Como pediatras, creemos firmemente que todos los niños merecen sentirse amados, seguros y apoyados", dice Susan Kressly, presidenta de la Academia Americana de Pediatría. "Pero debido al miedo y la inseguridad que se están generando en nuestras comunidades, nuestros pacientes están sufriendo".
El trastorno causado por la aplicación de la ley de inmigración es traumático para los niños, quienes se ven obligados a vivir con el miedo constante de que sus padres sean detenidos o deportados. Esto no solo afecta a las familias directamente atacadas, sino también a aquellos cuyas familias no lo están, ya que la presencia de agentes federales en las calles puede ser intimidante y traumática.
Las escuelas también están siendo afectadas por la aplicación de la ley de inmigración. Algunas escuelas han sido cerradas debido a la presencia de autoridades de inmigración justo afuera de sus terrenos, lo que es traumático para los niños que asisten a esas instituciones.
"Los niños están pagando el precio por las acciones políticas", dice Michelle Barnes, presidenta del Capítulo de Illinois de la Academia Americana de Pediatría. "Nuestros colegas informan que ven a niños en la sala de emergencias porque su condición se ha vuelto tan grave tras posponer la atención médica de rutina".
La situación es especialmente preocupante para los niños cuyas familias no son directamente atacadas, pero que siguen viviendo con el miedo constante de que uno de sus familiares sea detenido o deportado. Esto puede causar efectos negativos a largo plazo en la salud y el bienestar de estos niños.
"Debemos poner a los niños en primer lugar", dice Kressly. "Necesitamos una política de inmigración que reconozca su humanidad y su derecho a crecer seguros y saludables".